The proposed changes released by TPS are alarming, but what is even more alarming is why they are required in the first place. Yes, we have every right to feel deeply concerned about the proposed cuts. But like with any strong emotion, we also have a responsibility to understand the root cause instead of reacting only to the surface.
In 2021, the Ohio Legislature approved the Fair School Funding Plan. It was designed to roll out over several years, yet it has never been fully funded. The plan also included incentive funding for districts that perform well on the state report card. That decision was labeled as “fair,” even though school funding has already been ruled unconstitutional four times by the Ohio Supreme Court because of the vast inequities between wealthy and low-income districts.
Public school funding is not the place to introduce performance-based rewards. Any educator can tell you that school performance strongly correlates with neighborhood income. Wealthier areas generate more money through local property taxes, and that money directly influences school resources. Despite this, the state created a model that rewards higher performing districts which are often higher income districts to begin with.
Meanwhile, the final phases of the Fair School Funding Plan were scheduled for 2023 and 2025, but they were never delivered. And in June 2025, instead of completing the rollout, the state eliminated Supplemental Targeted Assistance. This support was specifically designed to stabilize funding for students in low-income communities and to counter the imbalance created by property tax wealth in suburban areas.
The result is clear. The budget cuts TPS is proposing are not a sign of mismanagement. They are the direct consequence of a state funding model that now prioritizes already advantaged districts. This is happening across Ohio, not just in Toledo. Cleveland, Canton, Columbus, Akron, Dayton, Youngstown, and Lorain are all preparing for drastic reductions under this so-called fair funding model.
In plain terms, these cuts do not show failed district leadership. They show what happens when the State Legislature takes on the role of a reverse Robin Hood, shifting resources away from those with the greatest need and toward those with the most wealth.
So the anger directed at TPS is understandable, but it may also be misdirected. TPS is responding to severe funding shortfalls created at the state level, and it is important to recognize that the district is also a victim of regressive policy choices.
If frustration with TPS will not solve the problem, what can we do? We can hold state lawmakers accountable. Ask for a transparent explanation of why Supplemental Targeted Assistance was removed. Ask for data showing how the decision impacts high poverty districts compared to wealthier suburban systems. Ask them to restore meaningful support for districts with the highest needs, shift away from performance-based funding, and reduce the reliance on local property taxes to fund essential educational services.
This moment calls for advocacy, clarity, and truth, not blame. It is the only way forward for students and families in Toledo and across Ohio.
Editorial
Nuestros Niños Merecen Algo Mejor que un Robin Hood Inverso
Por la Dra. Linda Alvarado-Arce
Los cambios propuestos por el TPS son alarmantes, pero lo que es aún más alarmante es por qué son necesarios en primer lugar. Y sí, tenemos todo el derecho a sentirnos profundamente preocupados por los recortes propuestos. Pero, como con cualquier emoción intensa, también tenemos la responsabilidad de comprender la causa raíz en lugar de reaccionar solo superficialmente.
En 2021, la Legislatura de Ohio aprobó el Plan de Financiamiento Escolar Justo. Fue diseñado para implementarse a lo largo de varios años, pero nunca se ha financiado por completo. El plan también incluyó fondos de incentivos para los distritos con un buen desempeño en el informe estatal. Esta decisión se calificó de “justa,” a pesar de que la Corte Suprema de Ohio ya ha declarado inconstitucional la financiación escolar cuatro veces debido a las enormes desigualdades entre los distritos con altos y bajos ingresos.
La financiación de las escuelas públicas no es el lugar para introducir recompensas basadas en el rendimiento. Cualquier educador puede afirmar que el rendimiento escolar está estrechamente relacionado con los ingresos del vecindario. Las zonas más ricas generan más ingresos a través de los impuestos locales sobre la propiedad, y ese dinero influye directamente en los recursos escolares. A pesar de ello, el estado creó un modelo que recompensa a los distritos con mejor rendimiento, que a menudo son, de entrada, distritos con mayores ingresos.
Mientras tanto, las fases finales del Plan de Financiamiento Escolar Justo estaban programadas para 2023 y 2025, pero nunca se implementaron. Y en junio de 2025, en lugar de completar su implementación, el estado eliminó la Asistencia Suplementaria Dirigida. Este apoyo se diseñó específicamente para estabilizar la financiación para los estudiantes de comunidades de bajos ingresos y contrarrestar el desequilibrio creado por la riqueza generada por los impuestos sobre la propiedad en las zonas suburbanas.
El resultado es evidente. Los recortes presupuestarios que propone el TPS no son una señal de mala gestión. Son la consecuencia directa de un modelo de financiación estatal que ahora prioriza a los distritos ya de por sí favorecidos. Esto está sucediendo en todo Ohio, no solo en Toledo. Cleveland, Canton, Columbus, Akron, Dayton, Youngstown y Lorain se están preparando para drásticas reducciones bajo este supuesto modelo de financiación justa.
En pocas palabras, estos recortes no demuestran un liderazgo distrital fallido. Muestran lo que sucede cuando la Legislatura Estatal asume el papel de un Robin Hood inverso, desviando recursos de quienes más lo necesitan a quienes tienen mayor riqueza.
Por lo tanto, la ira dirigida contra el TPS es comprensible, pero también podría estar mal dirigida. El TPS está respondiendo a graves déficits de financiación creados a nivel estatal, y es importante reconocer que el distrito también es víctima de decisiones políticas regresivas.
Si la frustración con el TPS no resuelve el problema, ¿qué podemos hacer? Podemos exigir responsabilidades a los legisladores estatales. Pedir una explicación transparente de por qué se eliminó la Asistencia Suplementaria Dirigida. Pedir datos que muestren cómo la decisión afecta a los distritos con alta pobreza en comparación con los sistemas suburbanos más ricos. Pedirles que restablezcan un apoyo significativo a los distritos con mayores necesidades, que abandonen la financiación basada en el rendimiento y que reduzcan la dependencia de los impuestos locales sobre la propiedad para financiar los servicios educativos esenciales.
Este momento exige defensa, claridad y verdad, no culpar. Es la única salida para los estudiantes y las familias en Toledo y en todo Ohio.

