Por CAROLYN THOMPSON Associated Press

CLEVELAND, Mar 28, 2024 (AP):  El alumno de séptimo grado Henry Cohen se meneaba al son del tema de los Beatles “Here Comes the Sun” en el aula de la maestra Nancy Morris, abriendo y cerrando los brazos sobre los planetas pintados en su camiseta.

Henry y sus compañeros de clase en la escuela Riverside de Cleveland estaban todos de pie, bailando durante una clase especial vinculada con el eclipse solar total de abril. Otros alumnos de segundo grado, invitados especialmente, estaban sentados de piernas cruzadas en el piso y reían mientras construían modelos de gafas para mirar eclipses. Los pupitres y estantes estaban cubiertos de dioramas con modelos de la tierra, la luna y linternas que hacían las veces del sol.

Henry dijo que su camiseta reflejaba su fascinación con el espacio, que considera un “misterio interesante”. El eclipse “es una posibilidad en un millón y me alegra estar presente para verlo”, dijo.

Para las escuelas en la trayectoria de totalidad del eclipse del 8 de abril, el evento ha dado lugar a lecciones especiales de ciencia, literatura y cultura general. Algunos colegios están organizando a grupos de alumnos para que vean el eclipse, se sobrecojan con la oscuridad en pleno día y aprendan sobre el fenómeno astronómico que lo explica.

El distrito escolar de Portville, Nueva York, cerca del límite con Pensilvania, se encuentra apenas afuera del trayecto de totalidad. Su plan es llevar a los 500 alumnos del séptimo al 12do grado en bus a un antiguo establo sobre un valle. Allí podrán seguir la sombra del eclipse cuando se produzca alrededor de las 3:20 de la tarde hora del este (2020 GMT).

Fue necesario modificar el horario escolar para poder hacerlo, pero el jefe del distrito escolar, Thomas Simon, dijo que los docentes no querían perder una oportunidad para el aprendizaje, sobre todo en una época en que los estudiantes conocen buena parte de la vida solamente a través de las pantallas.

“Queremos que terminen ese día con la sensación de que son una parte muy pequeña de un magnífico planeta en el cual vivimos y que hay cosas verdaderamente fascinantes que podemos experimentar en el mundo natural”, dijo Simon.

Las escuelas en Cleveland y algunas otras ciudades por donde pasará el eclipse cerrarán ese día para que los estudiantes no se encuentren en autobuses o en medio de las multitudes que previsiblemente se formarán. En Riverside, Morris elaboró una serie de actividades prácticas, juegos y modelos para educar e interesar a sus alumnos antes del gran día.

“En verdad, no comprendían lo importante que es esto hasta que empezamos a hablar sobre ello”, dijo Morris.

Los currículos escolares en materia de ciencias en todos los estados incluyen las fases de la luna y los eclipses, dijo Dennis Schatz, expresidente de la Asociación Nacional de Enseñanza de Ciencias. Algunos distritos escolares tienen sus propios planetarios —reliquias de la carrera espacial de la década de 1960— donde los estudiantes pueden recibir lecciones de astronomía.

Pero no hay mejor lección que el fenómeno real, dijo Schatz, quien exhorta a los docentes a aprovechar el eclipse como “un buen momento para la educación”.

Es precisamente lo que piensan hacer las maestras de ciencias Anita Orozco y Katherine Roberts en la escuela Lamplighter de Dallas: llevarán a todos sus estudiantes desde el preescolar hasta cuarto grado a verlo afuera. En un taller de enseñanza en la Universidad de Texas en Dallas les dijeron que sería “casi un crimen” mantener a los estudiantes puertas adentro.

“Queremos que nuestros estudiantes sientan la fascinación de la ciencia como la sentimos nosotros”, dijo Roberts. “Queremos que comprendan y sientan el asombro de este magnífico evento”.

Manejar a niños tan jóvenes tiene sus dificultades, pero “queremos que sea un evento”, dijo Orozco.

Al formar a futuros docentes en ciencias, la profesora Noemi Waight, de la Universidad de Buffalo, los alienta a incorporar la manera como la cultura afecta la experiencia del eclipse. Por ejemplo, para los nativos de América del Norte, puede ser un hecho sagrado.

“Es importante que nuestros docentes lo comprendan”, dijo, “así cuando enseñan pueden incorporar todos estos elementos”.

El Club de Amigos de STEM de la Universidad Estatal de Nueva York Brockport planea realizar actividades relacionadas con el eclipse con los alumnos de cuarto grado del maestro Christopher Albrecht, con la esperanza de contagiarles su pasión por la ciencia, tecnología, ingeniería y matemática.

“Quiero mostrar a los estudiantes lo que es posible”, dijo Allison Blum, de 20 años, estudiante de física con especialidad en astrofísica. “Se conocen los trabajos populares, como el de astronauta, pero no se conocen todas las posibilidades de los distintos campos”.

Albrecht quiere aprovechar el interés de sus alumnos en el eclipse para estimular también el amor por la lectura.

“Esta es una gran oportunidad para leer mucho con ellos”, dijo Albrecht. Ha escogido los libros “What Is a Solar Eclipse?” (¿Qué es un eclipse solar?) de Dana Meachen Rau, y “A Few Beautiful Minutes” (Unos Pocos Minutos Bellos) de Kate Allen Fox para leer con su clase en la escuela primaria Hill de Brockport, Nueva York.

“Es atrapar su interés, y al mismo tiempo estimular su imaginación”, aseguró.

El periodista de The Associated Press Patrick Orsagos contribuyó a este despacho.

 

Schools in the path of April’s total solar eclipse prepare for a natural teaching moment

By CAROLYN THOMPSON Associated Press

CLEVELAND, Mar 28, 2024 (AP): Seventh-grade student Henry Cohen bounced side to side in time to the Beatles’ “Here Comes the Sun” playing in teacher Nancy Morris’ classroom, swinging his arms open and closed across the planets pictured on his T-shirt.

Henry and other classmates at Cleveland’s Riverside School were on their feet, dancing during a session of activities tied to April’s total solar eclipse. Second-graders invited in for the lessons sat cross-legged on the floor, laughing as they modeled newly decorated eclipse viewing glasses. Dioramas with softball-sized model earths and moons and flashlight “suns” occupied desks and shelves around the room.

Henry said his shirt reflected his love of space, which he called “a cool mystery.” The eclipse, he said, “is a one in a million chance and I’m glad I get to be here for it.”

For schools in or near the path of totality of the April 8 eclipse, the event has inspired lessons in science, literacy and culture. Some schools also are organizing group viewings for students to experience the awe of daytime darkness and learn about the astronomy behind it together.

A hair out of the path of totality, the school system in Portville, New York, near the Pennsylvania line, plans to load its 500 seventh- through 12th-grade students onto buses and drive about 15 minutes into the path, to an old horse barn overlooking a valley. There, they will be able to trace the shadow of the eclipse as it arrives around 3:20 p.m. EDT.

It required rearranging the hours of the school day to remain in session, but Superintendent Thomas Simon said staff did not want to miss out on the learning opportunity, especially at a time when when students experience so much of life through screens.

“We want them to leave here that day feeling they’re a very small part of a pretty magnificent planet that we live on, and world that we live in, and that there’s some real amazing things that we can experience in the natural world,” Simon said.

Schools in Cleveland and some other cities in the eclipse’s path will be closed that day so that students aren’t stuck on buses or in crowds of people expected to converge. At Riverside, Morris came up with a mix of crafts, games and models to educate and engage her students ahead of time.

“They really were not realizing what a big deal this was until we really started talking about it,” Morris said.

Learning about phases of the moon and eclipses is built into every state’s science standards, said Dennis Schatz, past president of the National Science Teaching Association. Some school systems have their own planetariums — relics of the 1960s space race — where students can take in educational shows about astronomy.

But there is no better lesson than the real thing, said Schatz, who encourages educators to use the eclipse as “a teachable moment.”

Dallas science teachers Anita Orozco and Katherine Roberts plan to do just that at the Lamplighter School, arranging for the entire pre-K- through fourth-grade student body to watch it together outdoors. The teachers spent a Saturday in March at a teaching workshop at the University of Texas at Dallas where they were told it would be “almost criminal” to keep students inside.

“We want our students to love science as much as we do,” Roberts said, “and we just want them understanding and also having the awe of how crazy this event is.”

Wrangling young children may be a challenge, Orozco said, but “we want it to be an event.”

In training future science teachers, University at Buffalo professor Noemi Waight has encouraged her student teachers to incorporate how culture shapes the way people experience an eclipse. Native Americans, for example, may view the total eclipse as something sacred, she said.

“This is important for our teachers to understand,” she said, “so when they’re teaching, they can address all of these elements.”

The STEM Friends Club from the State University of New York Brockport planned eclipse-related activities with fourth-grade students at teacher Christopher Albrecht’s class, hoping to pass along their passion for science, technology, engineering and math to younger students.

“I want to show students what is possible,” said Allison Blum, 20, a physics major focused on astrophysics. “You know those big mainstream jobs, like astronaut, but you don’t really know what’s possible with the different fields.”

Albrecht sees his fourth-grade students’ interest in the eclipse as a chance to incorporate literacy into lessons, too — maybe even spark a love of reading.

“This is is a great opportunity to read a lot with them,” Albrecht said. He has picked “What Is a Solar Eclipse?” by Dana Meachen Rau and ”A Few Beautiful Minutes” by Kate Allen Fox for his class at Hill Elementary School in Brockport, New York.

“It’s capturing their interest,” he said, “and at the same time, their imagination, too.”

Associated Press writer Patrick Orsagos contributed to this report.