Por: Isabel Flores, corresponsal La Prensa

La Semana Santa es una celebración anual cristiana en la que se rememora la Pasión, Muerte y Resurrección de Jesús de Nazaret. En latín se conoce “hebdomada major“, o menos comúnmente, “hebdomada sancta”. En la Semana Santa se realizan, en muchos pueblos y ciudades alrededor del todo el mundo, celebraciones litúrgicas en templos así como diversas procesiones.

En México la Semana Santa se celebra en todo el país con distintos eventos religiosos llenos de tradiciones con una larga historia que se remonta a la colonización española en el siglo XVI.

Esta época es la más importante para la comunidad católica, e inicia con el Domingo de Ramos, continúa con los días Jueves y Viernes Santos, así como el Sábado de Gloria y concluye el Domingo de Resurrección.

En muchos lugares del país se escenifica el drama de la Pasión y Muerte de Cristo, siguiendo un guión general cuyos personajes incluyen a Jesús -vivo o en imagen-, centuriones romanos, judíos y fariseos y los doce apóstoles representados por niños o jóvenes. Sin embargo, en algunos pueblos se suele agregar también a Pilatos, María Magdalena, la Virgen María y otros personajes secundarios.

En varias ciudades coloniales como Taxco, Guerrero; Querétaro; San Luis Potosí y San Cristóbal de las Casas, en Chiapas, las celebraciones son muy solemnes, como en la Procesión del Silencio, o donde los penitentes se someten (aun en nuestros tiempos) a rudas cargas, como símbolo de su auto sacrificio. Tal vez la representación más popular sea la realizada en Iztapalapa, al oriente de la Ciudad de México, pero en muchos puntos de la República Mexicana es posible observar, disfrutar y vivir esta mágica experiencia de tradición, plenamente religiosa.

 

San Miguel de Allende

En San Miguel de Allende, Guanajuato, se lleva a cabo antes de la cuaresma la tradicional guerrilla de cascaronazos de huevo.

Los sanmiguelenses, saben que, antes de llegar la cuaresma, deben comer mucho huevo y reunir la cantidad más posible de cascarones de este nutritivo alimento, pues, en cuando comienza los preparativos de la cuaresma de Semana Santa, justo antes de la llegada del miércoles de ceniza, preparan la guerra.

Aunque, la guerra de la que hablamos, no tiene que ver con actos trágicos, pone en jaque a todos los habitantes de San Miguel de Allende, Guanajuato, pues, justo en el jardín más famoso de su municipio, personas de todas las edades arremeten entre ellas con cascarones de huevo rellenos de confeti, aunque, incluso pueden tener polvos de harina, cuyo destino es quedar sobre la cabeza de los adversarios.

Esta peculiar tradición, proviene de una antigua costumbre egipcia que, se ha ido modificando con el paso del tiempo, y se cree que era, dedicada a un ritual romántico de cortejo, donde, al caminar por un jardín, las mujeres y hombres caminaban en sentido contrario, y si, algún caballero quería una cita con una dama, le explotaba con su permiso un huevo confitado, si la mujer aceptaba, le brindaba una flor elaborada con papel.

 

Iztapalapa en Ciudad de México

En el oriente de la CDMX, la Semana Santa adquiere dimensiones épicas. La producción teatral de esta representación de la Pasión supera la de cualquier otro lugar en el país.

La experiencia de ver soldados romanos, sacerdotes hebreos y demás personajes de la historia bíblica actuando apasionadamente en las calles de Iztapalapa tiene un toque surrealista. Además, centenares de fieles se disfrazan de Jesús y cargan su cruz hasta las faldas del Cerro de la Estrella, a manera de penitencia.

 

Chihuahua

La Semana Santa coincide con las celebraciones rarámuri a las deidades de la luna y el sol, por lo que los misioneros españoles aceptaron la fusión de ambos festejos como un método para evangelizar a los nativos de esta etnia de Chihuahua.

El Tewerichic es un ritual de Semana Santa como ningún otro: mediante una danza, los rarámuri representan la lucha entre el bien y el mal, que resulta en la victoria de los soldados (aliados de Dios) por sobre los chabochis (guerreros del diablo). La vestimenta y maquillaje de los danzantes es de otro mundo.

 

Tapijulapa, Tabasco

Cada Domingo de Ramos, este Pueblo Mágico de Tabasco recibe a una enorme comitiva de fieles y curiosos, que llegan para participar en la ceremonia conocida como la Pesca de las Sardina Ciega. Lo que parece una celebración católica se transforma, de pronto, en un ritual pagano.

Reunidos junto a una caverna en la selva, los danzantes se mueven en círculos al ritmo del tambor y la flauta mientras el aroma del copal vuela en el aire. Cuando termina la danza, un patriarca dirige una oración en zoque en la que agradece a los espíritus de la cueva y les pide el pescado de sus arroyos. Después, todos entran a la cueva y salen con morrales y canastos cargados de sardinas.

 

San Luis Potosí

La Procesión del Silencio se realiza durante la noche del Viernes Santo en la capital potosina desde los tiempos de la colonia, aunque en su versión moderna data de 1954.

Se trata de un desfile masivo de cofradías, que son asociaciones de fieles católicos. Cada cofradía está vestida con su atuendo propio y suele variar en colores y motivos. Como la procesión es de carácter penitencial, muchas de las cofradías participan con el rostro cubierto por una capucha y algunas incluso llevan cadenas atadas a los tobillos. Se realiza en completo silencio, que solo es interrumpido por estruendosas trompetas en ciertos puntos del recorrido.

 

San Juan Chamula, Chiapas

Quizá una de las tradiciones de Semana Santa más extrañas que verás en tu vida son los rituales que se realizan en San Juan Chamula, un pueblo en Chiapas conocido por su particular mezcla de creencias católicas y santería.

Humo de incienso, liturgias con bendición de agua y fuego, sacrificios de gallos y ofrendas de refrescos de cola a Jesucristo forman parte de estos exóticos rituales.